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Alga Studio, espacios que hablan a través de la luz

Las alumni del Grado en Diseño Mia Ascanio, Yumi Martí y Andrea Alvarez lideran un proyecto especializado en la creación digital de interiores

Los grandes proyectos también pueden surgir en los momentos y los lugares más inesperados. Una conversación espontánea entre clase y clase fue la chispa que encendió Alga Studio, un estudio de diseño de interiores fundado por las alumni del Grado en Diseño de BAU Mia Ascanio (Tenerife, 1995), Yumi Martí (Barcelona, 1996) y Andrea Alvarez (Barcelona, 1996).

Alga Studio está especializado en la creación de imágenes digitales de espacios (renders), aunque también se dedica al interiorismo y la dirección artística. En la línea de su nombre, se presentan como un estudio de raíz mediterránea, natural y orgánica, con un tacto exquisito por los detalles, la luz y los materiales.

En menos de tres años de vida, y con una pandemia de por medio, ya han colaborado con una treintena de estudios y han participado en proyectos en Lanzarote, Ibiza, Italia, Egipto y México. Una trayectoria meteórica para tres jóvenes exigentes, inconformistas y perfeccionistas que han aprovechado la excepcionalidad de los últimos meses para consolidarse en el escenario digital del diseño de interiores.

Repartidas ahora entre Canarias, Barcelona y el Maresme, las hemos reunido en BAU, donde empezó todo, para hablar de la génesis de Alga, de la incierta aventura de emprender, de sus fuentes de inspiración y del arte de gestionar las relaciones humanas y creativas con los clientes.

 

 

¿En qué momento os conocéis y creáis el estudio?

Mia Ascanio (MA): Fue muy divertido porque estábamos en el patio de BAU y de repente dijimos: ¿Por qué no hacemos esto?

Andrea Álvarez (AA): ¿Os imagináis que montamos un estudio de renders e interiorismo? Y todas dijimos que sí.

MA: Yumi y yo ya habíamos trabajado juntas en algunos proyectos. Vimos que estábamos cómodas, que el resultado nos gustaba, y que lo podíamos hacer. Y nos pusimos a ello seriamente. No sabíamos cómo se hacía ni qué teníamos que hacer, pero decidimos crear una empresa. Después llegó más trabajo, y cuando necesitamos a alguien más, pensamos en Andrea.

AA: ¡Y la conversación se hizo realidad!

Yumi Martí (YM): Mia y yo ya sabíamos cómo trabajaba cada una y que podíamos encajar perfectamente a la hora de hacer proyectos profesionales.

¿Cómo definiríais la esencia de Alga?

AA: A la hora de trabajar somos diferentes, pero la estética nos une mucho. Compartimos una estética muy orgánica y natural, de material puro, que recuerda a la naturaleza, y que intentamos plasmar en la arquitectura interior. Damos mucha importancia a la luz. Cuando hicimos nuestro primer proyecto de diseño, en Lanzarote, siempre recogíamos pequeñas ideas por separado, y cuando las poníamos en común, todo tenía una misma lógica, una continuidad. Vemos el diseño de interiores y la estética de manera conjunta y orgánica.

 

 

¿Cómo trabajáis los materiales?

MA: Sobre todo a partir de la luz, porque un material puede cambiar bastante respecto a la luz: puede ser más cálido, más duro o más suave. Nos fijamos mucho en los detalles. Somos bastante perfeccionistas.

YM: No solo con los materiales, también con el modelado. Creemos que para llegar a los resultados que queremos, debemos cuidar cada detalle, la curva de cada objeto. Incluso las imperfecciones que puedan surgir, aunque sea irreales, ya están pensadas.

MA: Buscamos no solo el realismo de la imagen, sino también transmitirlo. Que sea una imagen cálida.

AA: Y poética. Mucha gente, cuando mira nuestros renders, nos dice que tienen algo diferente. Es el trato de la luz, la poesía de las texturas, el modelado. Un edificio se puede modelar como si fuera perfecto, pero cuando le das realismo, en el sentido de que las cosas no son perfectas, es cuando se produce un cambio y la gente ve un toque más poético y natural. La luz les hace hablar diferente.

¿Cómo os organizáis internamente? ¿Cómo os repartís el trabajo?

YM: Tenemos muy en cuenta las virtudes de cada una, y más o menos cada una tiene su rol. Andrea y yo hacemos modelado, y de vez en cuando también hago materiales. Mia trabaja materiales y luz.

AA: Ahora estamos intentando cambiar para que todas intervengamos en cada fase.

MA: Nos gustaría incorporar a más gente porque estamos tan desbordadas de trabajo que muchas veces tenemos que decir que no, y querríamos no hacerlo.

¡Y eso que el estudio es muy joven! La mayoría de proyectos como mínimo necesitan dos años para sentar las bases y hacer los primeros contactos. ¡Y todo ella con una pandemia de por medio!

AA: ¡Es que eso nos ha ido bien!

YM: Nuestro trabajo es puramente digital. Durante el confinamiento, mucha gente y muchas empresas no podían salir a hacer shootings. Muchos clientes nos llamaron porque necesitaban actualizar sus catálogos y redes sociales, y como no podían hacer fotos, nos lo pidieron a nosotras. En cambio, los despachos de arquitectura e interiorismo, que también nos contactan para renders, estaban más parados.

 

 

¿Qué estrategia tenéis para conseguir proyectos?

AA: Lo que más nos funciona es el boca-oreja. Un estudio habla de nosotras a otro, y nos contactan. La única publicidad que hemos hecho es en Instagram.

¿Cuáles creéis que son las aptitudes personales y profesionales clave para consolidar un proyecto como Alga?

MA: Sobe todo, entender las necesidades del cliente y hacer tu trabajo de la mejor manera posible. Somos perfeccionistas y queremos que todo quede bien, aunque a veces el cliente no se dé cuenta de algunas cosas.

AA: Hay clientes que nos envían directamente lo que quieren, y otros que, al ver nuestra estética, nos envían una propuesta y nos dicen que hagamos lo que creamos. Y nosotras aquí nos sentimos mucho más cómodas. No somos solo renderistas, podemos hacer proyectos de interiorismo y asumir la dirección de arte y el diseño de espacios.

¿Qué valoráis más de vuestro paso por BAU?

AA: La creatividad. Siempre digo que BAU me hizo abrir los ojos. Por toda la gente que había, por la diversidad, fue un despertar de creatividad brutal. También por el barrio, por el Poblenou. Viniendo de un pueblo, descubrí la ciudad. Gracias a BAU he descubierto una estética propia con la que me identifico y he potenciado la creatividad.

MA: Y también cómo potencia la pasión que tenemos por las cosas. Antes de BAU estudié en otras universidades, y no tienen nada que ver. BAU es totalmente diferente. Es mucho más creativa. Te hace mejor y te impulsa a hacer lo que quieres.

AA: Te hace crecer como persona.

YM: Y maduras como diseñadora de espacios.

¿Cuáles son vuestros principales referentes?

MA: Ricard Bofill, el brutalismo y el diseño mediterráneo.

AA: Cuando estuvimos en Lanzarote, descubrimos a César Manrique, y es un buen referente para nosotros porque busca mucho las formas orgánicas, la luz, la artesanía…

YM: Y también la textura marcada. No hay ninguna superficie lisa. Y eso nos gusta bastante. Cada una tiene sus referentes personales, sus gustos, pero en cierta manera, cuando trabajamos juntas, sabemos unificarlos.

 

 

¿Por qué ‘Alga’?

YM: Surgió de forma muy espontánea. Es una palabra corta y fácil de recordar.

AA: Todo el mundo lo recuerdo fácilmente. De hecho, nuestra estética es muy orgánica, una alga es una planta, viene de la naturaleza, tiene muchas formas, y cada una es diferente.

¿Qué proyecto os gustaría hacer?

AA: Nos identificamos mucho con Lanzarote y con las islas, porque hasta ahora los dos proyectos de interiorismo los hemos hecho allí, y nos sentimos muy a gusto.

MA: O la reforma de una masía. Un proyecto artesanal que permita cuidar los detalles.

YM: ¡Y con presupuesto ilimitado!

Como emprendedoras, ¿cuál es el mayor obstáculo que os habéis encontrado? ¿Cómo de difícil es iniciar un proyecto propio y que sea viable?

AA: Como no teníamos mucha estructura ni gastos más allá de un ordenador, no fue complicado. Se complica ahora porque queremos hacer crecer al equipo, y no tenemos tantos conocimientos de empresa.

MA: Al principio tuvimos el problema de que teníamos muchos proyectos de golpe, y después ninguno. Era más inestable. Yo no tenía otros trabajos y fue más complicado. Siempre hay momentos de incertidumbre.

YM: Cuando terminamos la universidad, en verano estuvimos trabajando, pero en invierno no entraron proyectos. Después ya fue bastante orgánico.

MA: Al principio no poníamos tantos límites a los clientes. Y como empezábamos, las tarifas eran más bajas. Les dábamos la mano y nos cogían el brazo. Era diferente. Ahora podemos poner más límites. La relación con el cliente es de más calidad.

YM: También tenemos más confianza. Recuerdo que en los primeros proyectos, cuando nos enviaban correcciones, pensábamos que no tendríamos tiempo de hacerlas. Ahora, en cambio, las hacemos en un instante.

AA: Tenemos más experiencia como profesionales.

YM: Y vas aprendiendo, porque cuando sales de la universidad tienes unas herramientas y sabes lo que te gusta, pero no tienes ninguna experiencia profesional de cara al cliente.

 

 

¿De los proyectos que habéis hecho hasta la fecha, cuál destacaríais?

MA: Sobre todo aquellos que nos han dado más libertad para decidir qué hacer. Por ejemplo, la dirección de arte y el interiorismo de Lanzarote. Teníamos carta blanca y un presupuesto bastante alto y, por lo tanto, mucha libertad para trabajar como queríamos.

YM: Hicimos el diseño de interiorismo y los renders de un bloque de viviendas de una familia de Lanzarote con quien ya habíamos trabajado.

AA: Hicimos una vivienda tipo y el diseño de la zona de copas de un hotel.

MA: Con la vivienda nos lo pasamos muy bien. Queríamos que transmitiera los tonos, la artesanía y la calidez de la isla.

Pensad en los estudiantes de diseño de espacios a quien les gustaría crear su propio proyecto. ¿Qué consejo les daríais?

YM: Si te gusta lo que haces, esfuérzate.

AA: Al final todo es práctica e irlo trabajando.

YM: Y si el proyecto no sale bien, no pasa nada.

MA: Que sean atrevidos y se lancen. Nosotros lo hicimos sin saber nada. Aprendes sobre todo cuando te lanzas y de gas golpes, pero sigues adelante.

AA: Siempre digo que a nosotras nos ha pasado todo sin querer. Obviamente hemos trabajado mucho, pero cuando demuestras que tienes gusto y que te apasiona tu trabajo, la gente lo ve y lo entiende. Cuando sean ellos mismos y enseñen al mundo todo lo que tienen por dar, la gente y los proyectos llegarán.

¿Queréis añadir algo más?

YM: ¡Sí! Sobre todo, ¡valoraros! Se lo digo a los estudiantes y a los futuros diseñadores, pero también a nosotras: ¡valorémonos! Cuesta mucho, pero si el cliente pide muchas correcciones y muchos cambios, tienes que saber poner límites. Y se te presionan con los plazos, actualiza el presupuesto. Tenemos que valorarnos más, porque detrás hay muchas horas de trabajo y de práctica.

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