Las BAU Talks que organizan a lo largo del año los diferentes programas de Másters y Posgrados no solo son un foro donde conocer a los grandes nombres del sector, sino también donde acercarse personalmente a estas figuras y poder establecer diálogos directos con ellas, haciendo posible, de esta manera, un intercambio de conocimiento más cercano y humano. El caso de Milagros Pereda no fue una excepción: una joven diseñadora de moda con un gran recorrido profesional en el mundo de la experimentación con biomateriales. Tras unos meses de su encuentro con la comunidad de BAU, hemos querido conversar con ella para que nos explique su manera de entender la industria y traer, así, un retazo de lo que fue su visita al centro.
P. Milagros, hace unos meses nos visitaste con motivo de la BAU Talks en la que te invitaron para hablar de tu trabajo. ¿Conocías BAU de antes? ¿Qué impresiones te dio?
R. Había escuchado de BAU porque fui finalista en un concurso en España y otros de los finalistas venían de ahí. Me pareció un espacio muy inspirador, muy lindo, o sea, el lugar físico. Generaba ganas de quedarse, de trabajar ahí, que es algo muy importante, porque los que estudiamos diseño sabemos todas las horas que pasamos en la facultad y tener un ambiente acogedor e inspirador es súper importante. Me pareció que da muy buena energía, tienen espacios muy lindos, mucha luz natural; todo cosas que son valiosas. Bastante especial, la facultad.
También me llamó mucho la atención el enfoque que le están poniendo a maneras alternativas de diseñar, a los biomateriales, a tener nuevas propuestas un poco más amigables con el medio ambiente, que, la verdad, a mí nunca me pasó en la facultad. Es súper valioso que lo estén desarrollando y priorizando.
P. Sabemos de buena tinta que, desde la coordinación del máster que te invitó, admiran mucho lo que haces, especialmente, por el hecho de que elaboras prendas con biomateriales. ¿Qué te hizo llegar hasta ahí, a probar con diferentes tecnologías textiles? ¿Cómo descubriste este “submundo” dentro de la industria?
R. Creo que lo que me hizo trabajar con biomateriales fue el deseo o el motor que siempre me movió, que es el hacer cosas nuevas. Y, para mí, a día de hoy, vivimos en un momento en el que muchos sentimos que ya está todo hecho, como qué más puedes hacer, qué otro vestido, qué otra prenda… Creo que, en mi caso, esa novedad iba por el lado de encontrar nuevos textiles y nuevos materiales que, al mismo tiempo, fueran amigables con el medio ambiente. Como que ese fue siempre mi motorcito y mi objetivo para probar nuevas tecnologías, para buscar nuevos materiales… Un poco cómo conocí este submundo. Fue así, como diciendo “a ver, ya no me atrae tanto hacer otro saco más que tenga otro corte de no sé qué…”. Me interesa mucho más el buscar la vuelta al material y encontrar cosas innovadoras desde la raíz, que, para mí, la raíz es el material; fui buscando las diferentes posibilidades y alternativas.
También me gusta mucho crear mis propios materiales porque ahí es cuando siento que el diseño es 100% mío. No sé, siempre me hizo sentir rara el hecho de comprar un estampado de alguien y usarlo en mis colecciones, como que yo no lo hice y no es “mío”.
P. ¿Puedes explicarnos cómo es el proceso de elaboración de tus colecciones?
R. La realidad es que cada colección la fui haciendo de manera diferente. Siempre trabajé a la par que la facultad, entonces muchas de mis colecciones comerciales derivaban un poco de trabajos de la universidad, que eran un poco más experimentales.
Pero bueno, la manera en la que trabajo es mezclando lo multidisciplinar, donde combino algo un poco más escultural y artístico y después suelo hacer una bajada comercial de eso a las prendas; y siempre arranco desde los materiales. Cuando empecé los estudios, me di cuenta de que no iba por ahí y que muchas veces y muchas marcas trabajan con el diseño y después se le aplica un material. Para mí, eso es inconcebible, porque no se me puede ocurrir algo si no sé de qué material va a ser, como va a caer ese material. Como no sé qué estructura va a tener, mis diseños siempre pasan por el material.
Y otra cosa a valorar en cómo arranco mis colecciones, es el hecho de que parte del proceso es muy manual: me gusta hacer las primeras muestras yo, probármelas sobre el cuerpo e ir avanzando así, y después pasar a una prenda. Jamás logré sentarme y hacer un dibujo de un diseño y eso elaborarlo.
P. ¿Dirías que la circunstancia de experimentar con materiales influye en cómo son tus diseños? Lo digo porque veo figuras y contornos muy orgánicos, texturas y una paleta de color que apelan a lo que vemos en la naturaleza…
R. Claro, de ahí viene, experimentar con materiales influye en mis diseños un montón, porque es como que tengo el control, pero no tanto, no es sastrería perfecta esto. Por ejemplo, los materiales se pueden secar de manera inesperada y, como son todos de origen natural y bastante vivos, evolucionan de manera orgánica. Muchas veces, los diseños finales toman propiedades y características de estos materiales que yo no puedo controlar ni moldear a mi manera. Así que sí, por lo general, tengo figuras como muy orgánicas. ¿Las paletas de color? Más que nada, por no querer usar tanto color, tanto teñido; prefiero usar mucho más lo natural y el negro, que siempre ha sido un básico.
P. Puede que sea una pregunta que te hayan formulado muchas más veces, pero quizás es necesario recordarlo siempre que se pueda… ¿Por qué tenemos que diseñar moda desde la ética y la responsabilidad social y ecológica?
R. ¿Por qué tenemos que diseñar moda desde la ética? Para mí, con ese “tenemos”, estoy de acuerdo, pero también deberíamos querer hacer las cosas desde la ética y la responsabilidad social; porque somos humanos y trabajamos para humanos y con humanos y con la naturaleza, no se pueden poner en juego ninguna de estas cosas. Entonces, si no estamos haciendo moda ética, alguien está saliendo lastimado, perdiendo, desvalorizado, esclavizado o lo que sea. Si no estamos siendo respetuosos con la naturaleza, entonces estamos arruinando nuestro entorno. ¿Cuál es el sentido de hacer las cosas como las estamos haciendo? Si no encontramos una manera de que haya equilibrio entre todo esto, alguien está sufriendo. Y, como seres humanos, no deberíamos estar haciendo sufrir a otros que son iguales a nosotros. No podemos ser egoístas en un mundo tan grande y con tanta gente y con tanta naturaleza y tantos animales: hay que tratar a todos por igual y no se puede ir explotando las cosas para el beneficio propio solamente.
No sé, yo veo las cosas así, pero entiendo que también vivimos en un mundo capitalista y esto es difícil, es difícil competir y es difícil cambiar las cosas. Es un gran desafío y una lucha constante, y es sentirse muy solo también yendo para el lado contrario. No es fácil.
P. Ya que has visto BAU -cómo es, su filosofía y sus marcos pedagógicos-, aunque residas actualmente en París, ¿te gustaría venir a dar clases aquí algún día?
R. Me encantaría dar clases en BAU. Me parece que están orientando las cosas muy bien hacia una manera de diseñar más amigable con el medio ambiente, que están dando lugar para experimentar, para que los alumnos conozcan profesionales de la industria que también están orientados a esto. Me parece súper interesante que tengan este espacio de charlas [BAU Talks]; yo siempre lo valoré desde la facultad, ver a profesionales en activo. Y, sí, sería un honor para mí dar clases ahí.
