Lo bueno de los comienzos está en los instantes previos. Reside en ese abismo temporal porque las ganas de que llegue te genera ese sentimiento cruzado entre la ansiedad y la emoción. Una bomba inocua que hace mella eterna en la memoria. Esta es la clase de optimismo que resuena en las palabras de Irena Visa, artista multidisciplinar y, ahora también, jefa de estudios del Grado Universitario en Bellas Artes de BAU. Su trayectoria es intensa, ya que abarca disciplinas desde la escultura, la dramaturgia o el videoarte hasta la mediación artística y la docencia. Y es precisamente este recorrido el que la hace idónea para coordinar un grado que aún le queda mucho por aprender y experimentar.
P. Irena, ¿nos puedes explicar tu bagaje profesional? Porque tú, en concreto, te has acercado al arte desde el formato audiovisual, ¿no es así?
R. Después de licenciarme en Comunicación Audiovisual en la Universitat Pompeu Fabra, hice una estancia de un año en Berlín. Allí, gracias a una beca del Ministerio de Educación, empecé a trabajar como asistente de un artista berlinés. Hasta entonces, nunca había considerado que se pudiera ejercer el arte como profesión, pero con aquella experiencia entendí que ser artista podía ser un trabajo real y viable.
Cuando acabó la beca, volví a Barcelona y durante doce años me dediqué a la distribución de cine europeo de autor y a la programación en festivales internacionales. Paralelamente, por las tardes, me formaba como artista: estudié escultura en La Llotja y más adelante cursé un Máster en Investigación y Experimentación Artística en la UB.
Todo este recorrido – académico y profesional -, así como la diversidad de lenguajes que he explorado (cine, escultura, investigación), han sido clave para construir mi práctica artística.
P. ¿Cómo afrontas este nuevo reto como jefa de estudios del Grado en Bellas Artes?
R. De alguna manera, tengo muy presente mi propia experiencia como estudiante en diferentes etapas de mi formación, y creo que esto es un estímulo para asumir esta responsabilidad. Me hace mucha ilusión poder acompañar al estudiantado en este trayecto que están empezando y que, como me pasó a mí, puede dar muchas vueltas. Pero cada vuelta puede ser útil y enriquecedora a la hora de construir quién somos y quiénes queremos ser.
P. ¿Qué novedades presenta este año el programa?
Este año es especialmente significativo porque la primera promoción del Grado en Bellas Artes de BAU se gradúa. Son los primeros estudiantes que han completado todo el recorrido: han hecho el Trabajo Final de Grado, las prácticas… Es un momento muy emocionante, y es una suerte poder compartirlo con ellas y ellos.
P. ¿Qué dirías que es lo que más valoras de cómo se enseña el arte en este centro?
R. Me interesa mucho que la práctica artística se plantee de manera situada, es decir, vinculada a un contexto específico – temporal, geográfico y social -, y con una mirada clara hacia el mundo profesional: entendiendo los retos, los derechos y también los deberes. También considero muy valioso que el profesorado mantenga una actividad profesional fuera del ámbito académico. Esto permite al estudiantado tener una visión más realista y próxima del contexto en el que tendrán que moverse.
P. Es cierto que, a medida que han pasado los años desde la llegada de Bellas Artes, hemos podido ver cómo estudiantes de este grado y el Grado en Diseño convivían y aprendían juntos en muchas optativas. ¿Ves posible futuras sinergias más fuertes con este grado?
Por supuesto. Es evidente que entre Diseño y Belles Artes hay muchos puntos en común, pero también diferencias que pueden resultar muy enriquecedoras si se ponen en común. Las sinergias entre ambos ámbitos tienen mucho potencial y habrá que continuar explorándolo.
