El valor de la infografía y la visualización de datos en tiempos de COVID-19

Estudiantes de BAU presentan un proyecto sobre el coronavirus y una reflexión sobre el valor de la infografía como herramienta de comunicación

Días atrás, un grupo de estudiantes del Máster en Infografía y Visualización de Datos elaboró una infografía sobre la COVID-19 que arrojó luz sobre los datos que se manejan y despertó mucho interés en redes sociales por su excelencia y rigor. Este grupo lo forman personas provenientes de distintos campos profesionales: Carolina Ávila y Cristina Graell son periodistas; Hanna Bekefi, diseñadora de información; Laura Hidalgo, bióloga y Vicente Marambio, diseñador gráfico. La diseñadora Gemma Busquets lxs ha entrevistado para que nos cuenten su experiencia y punto de vista y así conocer todos los detalles del proyecto.

¿Cómo surgió la idea del proyecto? ¿Por qué decidisteis poner el foco en la veracidad de los datos?

Surge a partir de una reflexión. Es evidente que estos días la información tiene un valor crucial. Y va a una velocidad tremenda, donde cada día los datos cambian y generan conclusiones distintas. El valor de los datos es fundamental: solo basta ver cómo ocupan los titulares en los medios.

Tras una propuesta de BAU por publicar un proyecto relacionado con el COVID-19, formamos un equipo con distintos perfiles, y dedicamos varios días a buscar posibles enfoques, tratando de cuestionar y dar con una historia a partir de las bases de datos a las que teníamos acceso. Pero antes de analizarlas nos preguntamos: ¿de dónde surgen esos datos, quién los recoge y crea las bases de datos que usan los medios? ¿Son completos? ¿Tiene sentido comparar valores sin su contexto adecuado? Y ahí nos dimos cuenta que los verdaderos datos de esta pandemia son invisibles si no hay tests masivos. Como ya se ha ido advirtiendo, sin más tests la lucha contra ese virus se está haciendo con una venda puesta en los ojos.

Tras esto, nos dimos cuenta que la historia que había que contar era esa: los datos no son reales, no podemos analizar la situación real a través de ellos. Lo venían diciendo algunos medios y artículos y, tras comprobarlo de primera mano, nos hemos sumado a esa teoría.

Vuestro proyecto deja claro que disponer de datos reales y actualizados es una herramienta indispensable para combatir la pandemia. ¿Cuál debería ser la responsabilidad de un/a diseñador/a de información en estos momentos tan delicados?

Tenemos una gran responsabilidad en presentar la información de la manera más clara y atractiva posible, facilitando el entendimiento y ayudando al usuario a la reflexión. Pero previamente a eso tenemos el deber de ser una fuente de información fiable, con datos claros y contrastados.

Vivimos momentos de incertidumbre, tristeza y a veces pánico. Pero la guerra no es solo contra el virus, también lo es contra las fake news. Estamos viviendo una pandemia en la era de la sobreinformación, y precisamente ahora es cuando la figura del diseñador de información cobra un rol fundamental para guiar al lector ante ese contexto tan nebuloso.

¿Qué problemas o retos os habéis encontrado al hacer este proyecto?

En cuanto a contenido, los datos: no solo porque no son reales, sino también porque llegan estructurados de manera diferente, a veces desactualizados, incompletos o con criterios de contabilización distintos entre instituciones. Somos conscientes, y es algo a valorar, que los científicos de datos han tenido que adaptarse a la situación a marchas forzadas, y quienes consumimos sus datos también.

En cuanto a la forma, el reto era escoger una paleta cromática que siguiera con el estilo gráfico que BAU ya había desarrollado en su feed estos días de cuarentena, y que a la vez también tuviese relación directa con el tema que estábamos desarrollando y ayudase a la lectura del contenido. Además, la transmisión de calma mediante colores suaves no venía mal para bajar la carga de “histeria colectiva” de estos días!

¿Qué software habéis usado?

Para los datos, Tableau para facilitar la actualización diaria de los datos y generar nuestras propias curvas de evolución; en conexión con Excel y un plugin que nos ha ayudado a conectar y estructurar la base de una forma más eficaz. Para las visualizaciones y el proceso de dirección de arte, Flourish y Adobe Illustrator.

¿De dónde habéis sacado los datos (las fuentes, y porqué las habéis elegido)?

Cuando hay que difundir información sobre cualquier tema, pero especialmente en un contexto tan desconocido como el que estamos viviendo actualmente, es muy importante ir directamente a las fuentes de información oficiales, actualizadas y rigurosas con sus declaraciones, como es ahora mismo la OMS. En su web publicaron una guía provisional sobre cómo diagnosticar el virus que nos permitió obtener la información necesaria. Los Ministerios de Sanidad y de Ciencia e Innovación también proporcionan información actualizada a diario respecto al tema, y de fácil acceso para la ciudadanía.

Por otro lado, la Universidad Johns Hopkins también ha elaborado una base de datos de fácil acceso a los casos de COVID-19 en el mundo. Otro equipo, en ese caso de la Universidad de Oxford, elaboró una base de datos sobre tests, pero ese proyecto no ha salido adelante y los datos no han podido ser llevados al día.

En el año 1854 John Snow, considerado el padre de la epidemiología moderna, fue capaz de demostrar que la pandemia de cólera que vivían en Londres era causada por aguas contaminadas. Se dio cuenta que los casos de la enfermedad se agrupaban alrededor de las bombas de agua contaminadas con heces. Y lo hizo gracias a una visualización de datos en un mapa, dando a conocer el problema y salvando muchas vidas. ¿Creéis que con la pandemia del Coronavirus puede pasar algo similar? ¿Pensáis que la visualización de datos nos puede dar información de vital importancia que nos ayude a combatir la pandemia?

En una época en la que estamos bombardeados con información, la visualización de datos puede dar pistas y ayudar a identificar tendencias y relaciones en los conjuntos de datos, como es el caso de esta pandemia. Al visualizar los datos, se puede entender mejor cómo comenzó a propagarse, cuáles son las áreas más críticas afectadas, qué población es más vulnerable al virus, qué se podría haber evitado y qué está pasando a día de hoy… de una manera mucho más clara que si se mira una base de datos.

Como venimos advirtiendo, los datos que tenemos no son reales, son incompletos, pero es verdad que los que tenemos son necesarios: sería peor todavía no contar con ellos y andar aún más a ciegas. Además, los medios de comunicación están haciendo un gran esfuerzo por acercarlos estos días a la población, y lo están logrando: todos estamos esperando que esos datos empiecen a dar buenas noticias, ya que como nos afectan tan directamente, los hemos humanizado y vemos una historia detrás de ellos.

También es una forma importante de comunicar la gravedad del problema. La infografía es una herramienta valiosa que ayuda a comunicar conceptos más rápidamente a la audiencia que las palabras. Los datos dejan de pertenecer exclusivamente a profesionales capaces de interpretarlos, sino que se hacen accesibles a un mayor número de personas, lo que es especialmente crucial en los casos en que se tiene una población con una tasa de analfabetismo más elevada (como en muchas partes de África, donde los carteles informativos sobre el ébola estaban hechos en gran parte de infografías que explicaban el contagio y las medidas de protección).

La infografía y visualización de datos puede ser muy importante no solo para combatir la pandemia actual, sino también para prevenir futuros escenarios similares.

Podéis ver el proyecto completo aquí

 

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