Emílio Remelhe es un nombre y son muchos nombres a la vez. También es un hombre y muchos hombres a la vez. Nacido en Barcelos (Braga, Portugal) en 1965, es profesor de ilustración, diseño y escritura creativa en ESAD – Escuela Superior de Arte y Diseño de Matosinhos (Oporto).
Además, es investigador y especialista en literatura infantil y juvenil, y entre sus múltiples actividades destacan las artes plásticas y la escenografía. Ha publicado una cuarentena de libros. Como Pessoa, portugués universal, Remelhe crea, escribe, diseña y dibuja utilizando diversos pseudónimos. “No para mostrar, también para esconder”, puntualiza.
Gracias al convenio de movilidad internacional entre BAU y ESAD, Remelhe ha realizado un Erasmus+ en el centro. Durante su estancia en BAU, además de conocer las instalaciones y de reunirse con los responsables académicos e institucionales, ha impartido clases junto al poeta Gabriel Ventura —otro artista polifacético con inquietudes afines—, que acaba de inaugurar una exposición colectiva en el MACBA y que también han visitado.
El programa Erasmus+ es una fórmula infalible para generar oportunidades de todo tipo. Permite a los centros tejer colaboraciones y reforzar los vínculos, también formar nuevas relaciones. “BAU y ESAD tienen un espíritu de gran laboratorio familiar. Aquí tengo la sensación de que siempre pueden ocurrir cosas”.
Aunque se trate de una visita puntual, son múltiples las inspiraciones que pueden surgir en el aula. “Puede ser una pequeña referencia, una expresión, incluso una palabra. En apenas 30 segundos, en un breve diálogo, todo es posible”.
El portugués ha aprovechado su paso por Barcelona para presentar su última publicación, Un árbol crece y nadie le pregunta por qué, escrito bajo el pseudónimo Eugénio Roda y publicado por la editorial Yekibud. El acto tuvo lugar en la librería Sendak, en el barrio del Eixample, e incluyó también un taller de escritura para adultos.
Palabras e imágenes, un amor difícil
Popularmente, diseño y escritura forman un matrimonio con una mala salud de hierro. No siempre se entienden. Riñen, se observan mutuamente con suspicacia, pero siempre están ahí. “La palabra es un instrumento básico. Cuando se trabaja la imagen, la palabra siempre abre puertas.”
Especialista en los diálogos inesperados que se establecen entre dibujo y escritura, Remelhe cree que aún hay muchas rutas por explorar, especialmente en el terreno educativo. “Todo el mundo tiene amores y odios con las palabras. La escuela es un espacio para descubrirnos nuevas percepciones y nuevas relaciones con el lenguaje. El lenguaje nos ayuda a crecer, es a la vez un laboratorio y un gimnasio”.
Como cualquier persona, institución o proyecto creativo, BAU es inseparable de la ciudad donde nació. Una sintonía que Remelhe ha identificado rápidamente: “BAU y Barcelona comparten esencia. Es una vibración muy fuerte. Una sensibilidad unida a la creatividad.”
Pese a su naturaleza atlántica, o quizás precisamente por ello, Remelhe se ha rendido a los encantos mediterráneos de Barcelona. “Ha sido una experiencia preciosa y gratificante. ¡Ojalá pudiera quedarme un año!”
Y para terminar, como no podía ser de otra forma, Remelhe se despide con un aforismo que es también un prólogo, un cierre y una apertura: “Hay palabras para decir todo, hay palabras para decir casi todo, hay palabras para decir casi nada. Hay, incluso, palabras para no decir absolutamente nada. Y para decir ciertas cosas que las palabras no dicen, nos quedamos sin palabras.”