Un año más, BAU estará presente en Sónar+D (17-19 de julio), el congreso internacional “antidisciplinar” que explora cómo la creatividad modifica nuestro presente e imagina nuevos futuros. Desde 2013, este encuentro reúne en Barcelona a destacados artistas, tecnólogos creativos, músicos, cineastas, diseñadores, pensadores, científicos, emprendedores, makers y hackers, para participar en una programación cuidadosamente seleccionada enfocada en la inspiración y el networking.
En esta edición, habrá doble representación de BAU. Por un lado, Daniel Chavarría, como estudiante de Grado en Diseño, presentará su Trabajo Final de Grado Reflexión arrítmica. Paralelamente, 3 grupos de estudiantes del Máster en Innovación audiovisual y Entornos interactivos, presentarán sus respectivos Proyectos Final de Máster: Sara Montoya, Luis Silva y Flor Salatino, Métron; Heidi Valda y Gemma Reverter, La mantis; Natalia Gima, Miriam Felici y Mago Hart, Akyute.
Con Reflexión arrítmica, Daniel Chavarría investiga y experimenta la relación que tienen la expresión corporal y el sonido.
Partiendo de que la representación pictórica siempre ha estado presente en la Historia del Arte, a mitad del siglo XX y gracias a los avances tecnológicos, surgen artistas como John Cage, Luigi Russolo o Erik Satie, que utilizan como base de sus propuestas el sonido con la intención de poner el arte sonoro al mismo nivel conceptual que el plástico. Émile Jacques-Dalcroze diseña una metodología de trabajo para músicos basado en la rítmica que trata de enseñar al artista como investigar en sus propios ritmos.
Esas composiciones musicales caóticas pero que transmiten emociones, ¿no son acaso superiores a otras composiciónes con una armonía técnicamente correcta pero sin originalidad? La percepción sonora, el lenguaje audiovisual y el gesto son el eje central por el que se ha desarrollado todo el proceso de trabajo.
Hay que experimentar y sentir para saber, por lo que el proyecto se basa en el uso de metodologías y lenguajes experimentales (principalmente a través del cacharreo), ya que la parte práctica es clave para el desarrollo de la parte creativa. A partir de una serie de experimentos que giran alrededor del mismo concepto, se analizarán los resultados y los conocimientos adquiridos.
Con la instalación/escultura audiovisual Métron, Sara Montoya, Luis Silva & Flor Salatino (alumnos del Máster en Innovación Audiovisual y Entornos Interactivos de BAU) reflexionan sobre la idea de límite. A partir de un metrónomo —como estructura de tiempo y movimiento— este grupo de estudiantes explora los límites poniendo foco en las intersecciones e influencias entre «diferentes» medios (mecánicos, sonido, luz y espacio) para crear diversas coreografías que evidencien y desafíen la percepción del mismo.
Otro de los proyectos realizados este curso en el Máster en Innovación Audiovisual y Entornos Interactivos es La mantis de Heidi Valda y Gemma Reverter. Temida por sus semejantes, satanizada por ignorantes, momificada y adorada por los egipcios, invocada por los bosquimanos africanos en rituales de trance, imitada por grandes guerreros samurai, inspiración de largas investigaciones sobre alienígenas y estudiada por grandes artistas de la ciencia ficción, la mantis es la reina insecto.
El proyecto intenta imitar su complejo movimiento al caminar. El ser humano en su incansable tarea de entender la perfecta naturaleza, construye mecanismos que imitan movimientos de los seres vivos, entre ellos los autómatas. En este pequeño montaje se rescata el concepto de los autómatas y los antiguos circos de pulgas de la antigüedad con una mirada actual que genera una obra pequeña y única en su especie.
El proyecto Akyute es obra del colectivo artístico emergente formado por Natalia Gima, Miriam Felici y Mago Hart, todas ellas también alumnas del Máster en Innovación Audiovisual y Entornos Interactivos. El proyecto tiene como fin desarrollar una retroalimentación positiva entre el ser humano y naturaleza y para ello propone una instalación interactiva desarrollada junto a un músico y recreando su controlador MIDI. Así, a través de la tecnología, se integra la naturaleza en la era digital, creando instalaciones de co-creación musical en la que una planta al ser estimulada por tacto genera sonido.